22 abril, 2025.
El papel del farmacéutico en el reto global de la inmunización
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las vacunas evitan más de 2 millones de muertes cada año. Además, la inmunización no solo previene enfermedades infecciosas, también contribuye a reducir hospitalizaciones, disminuir la presión sobre los sistemas sanitarios y mejorar la esperanza y calidad de vida.
En la Semana Mundial de la Inmunización, es fundamental reconocer el trabajo silencioso, pero decisivo que hay detrás de cada dosis administrada. La formulación de vacunas no es solo un proceso técnico; es una labor de precisión que implica la elección adecuada de componentes, su conservación y una distribución segura.
¿Cómo funcionan las vacunas y qué componentes clave las hacen eficaces?
Las vacunas son preparados biológicos diseñados para entrenar al sistema inmunológico frente a agentes infecciosos, como virus o bacterias. Al introducir en el organismo una forma inactivada, atenuada o una fracción del patógeno, el cuerpo reconoce ese elemento como extraño y desarrolla una memoria inmunológica. Así, si en el futuro se produce una infección real, el sistema inmunitario reaccionará de forma rápida y eficaz.
Para lograr este efecto, las vacunas necesitan estar compuestas por elementos específicos que garanticen no solo su capacidad inmunógena, sino también su viabilidad farmacéutica.
El papel de los excipientes y adyuvantes en la composición de vacunas
Para que una vacuna sea eficaz, no basta con incluir el antígeno: su formulación debe estar cuidadosamente diseñada para asegurar su eficacia y seguridad. En este proceso, los adyuvantes y excipientes desempeñan un papel fundamental.
Excipientes:
Los excipientes, aunque son sustancias inactivas, resultan imprescindibles para garantizar la estabilidad del preparado. Compuestos como la sacarosa o el cloruro sódico actúan estabilizando la fórmula, regulando el pH y facilitando su correcta conservación.
Adyuvantes:
Los adyuvantes, como el hidróxido de aluminio, se incorporan para potenciar la respuesta inmunitaria del organismo, facilitando una protección más robusta y duradera frente al patógeno.

El rol del farmacéutico en la inmunización
Su rol fundamental es informar a los pacientes, conservar correctamente las vacunas y participar en campañas de concienciación. Ante necesidades específicas, puede solicitar a los laboratorios autorizados la fabricación de vacunas individualizadas antialérgicas o individualizadas antibacterianas, que se adapten a las necesidades de un paciente.
Desde GUINAMA, apoyamos a los profesionales farmacéuticos con productos de alta calidad, asesoramiento técnico y formación continua. En estos días, reivindicamos el papel esencial del farmacéutico como actor clave en el reto global de la inmunización.